Comienzo a vislumbrar mi obra por eslabones interviniendo la materia, grabándola insistentemente de manera obsesiva e intuitiva para armar paisajes cenitales, cósmicos, topográficos; un juego de distancias, donde los intervalos del tiempo varían pasando de la mirada cenital, remota y telescópica al detalle microscópico, invitando a acercarse a entrar en ella.
Mi trabajo se ramifica en diferentes series, si bien cada una plantea un tema propio, todas tienen un hilo conductor en el oficio y en la manera de plasmar esos estados por acumulación y repetición.